Por qué existe miedo a operarse de la columna

Imagina levantarte cada día sin presentar ese dolor de espalda que te limita a cada paso, sin el miedo de hacer un mal movimiento que empeore las cosas. ¿Te suena como un sueño? La neurocirugía de columna podría ser la clave para alcanzar esa calidad de vida que tanto deseas, pero la sola idea de operarse trae consigo temores comprensibles. La columna vertebral es una región anatómica delicada y es normal que un planteamiento quirúrgico pueda generar ansiedad.

Sin embargo, gran parte de estos miedos están basados en mitos. Hoy en día, la neurocirugía de columna ha avanzado enormemente, y existen técnicas mínimamente invasivas que hacen que la cirugía sea más segura, rápida y con una recuperación mucho más rápida, con menor tasa de complicaciones. En este artículo te explicaré qué es realmente una neurocirugía de columna, en qué casos se recomienda, y sobre todo, por qué el temor a operarse no debería frenar tu calidad de vida.

 

Neurocirugía de columna: ¿qué es y cuándo se recomienda?

La neurocirugía de columna es una intervención que tiene como objetivo aliviar el dolor o las limitaciones físicas que derivan de problemas estructurales en la columna vertebral, como por ejemplo: hernias, fracturas osteoporóticas, estenosis (estrechamiento del canal espinal). 

Esta intervención está basada en una serie de técnicas de cirugía mínimamente invasiva, llevadas a cabo por un neurocirujano especializado, que es quien debe realizar una evaluación completa para determinar el diagnóstico y si la cirugía es la mejor opción, considerando la evolución de cada caso y el impacto de otros tratamientos no invasivos. 

La neurocirugía de columna está indicada cuando los tratamientos conservadores, como la fisioterapia, los medicamentos o las técnicas de Unidad del Dolor, no han sido suficientes para mejorar la sintomatología. La cirugía se convierte, entonces, en una oportunidad para devolver al paciente esa calidad de vida que ha perdido debido al dolor o las importantes limitaciones físicas derivadas de dicha situación.

 

 

Enfermedades más frecuentes de la columna vertebral 


Hernias discales

Las hernias discales son una de las causas más comunes de cirugía de columna. Se producen cuando el disco intervertebral, el cual actúa como amortiguador entre las vértebras, se desplaza o se rompe, lo que provoca que el núcleo interno del disco presione algún nervio adyacente. Esta compresión de los nervios puede causar dolor intenso y debilitante, además de irradiarse hacia las extremidades (braquialgia o ciática), produciendo síntomas como entumecimiento y pérdida de fuerza en las extremidades. La intervención más utilizada en neurocirugía es la microdisectomía, que consiste en extirpar el fragmento de disco herniado y liberar la raíz comprimida.


Estenosis del canal espinal

La estenosis espinal ocurre cuando el canal vertebral se estrecha y ejerce presión sobre la médula espinal o las raíces nerviosas. Esta condición es común en personas de edad avanzada, ya que el desgaste de los discos y articulaciones puede llevar a un estrechamiento progresivo del canal espinal. Los síntomas incluyen dolor de espalda, entumecimiento, y debilidad en las piernas o brazos, lo que puede dificultar la movilidad (claudicación) y afectar actividades diarias.

La cirugía es una opción en los casos graves de estenosis, especialmente cuando hay un riesgo de daño permanente en los nervios o cuando el dolor limita gravemente la actividad física. Procedimientos como la laminectomía y la foraminotomía, con técnica microquirúrgica, permiten descomprimir el canal espinal, eliminando pequeñas porciones de hueso y tejidos que están obstruyendo el paso de la médula y los nervios. Estos procedimientos buscan ampliar el canal espinal, aliviando los síntomas y restaurando la calidad de vida.

Fracturas vertebrales

Las fracturas vertebrales suelen ocurrir como resultado de traumatismos, accidentes o, más comúnmente, en enfermedades óseas degenerativas como la osteoporosis. Estas fracturas producen dolor inflamatorio y pueden comprometer la estabilidad de la columna. En casos graves pueden poner en riesgo la médula espinal y los nervios, lo que convierte a la cirugía en una opción necesaria para evitar un daño irreversible. En casos seleccionados, una intervención percutánea y poco invasiva como es la vertebroplastia (cementación de la vértebra) puede estabilizar el hundimiento vertebral y reducir considerablemente el dolor de tipo inflamatorio.

 

 

Mitos comunes sobre la cirugía de columna que aumentan el miedo

El miedo a la cirugía de columna está ligado a varios mitos que, desafortunadamente, muchas personas siguen creyendo como:

 

Mito 1: “La cirugía de columna es dolorosa y la recuperación es complicada”

Realidad: En el pasado, las cirugías de columna eran más invasivas, lo que requería incisiones grandes y un proceso de recuperación prolongado. Hoy en día, existen técnicas mínimamente invasivas, como la microdiscectomía o la vertebroplastia, que requieren sólo pequeñas incisiones, minimizan el dolor postoperatorio y permiten al paciente retomar su vida normal en mucho menos tiempo.

En una microdiscectomía, por ejemplo, se realiza una pequeña incisión y se usa un microscopio para retirar la parte del disco que está afectando el nervio. Esta técnica reduce el trauma en los tejidos circundantes, lo que significa una recuperación más rápida y menos dolorosa. Es posible que en unas pocas semanas el paciente pueda retomar su actividad habitual.

 

Mito 2: “La cirugía de columna siempre implica un riesgo de parálisis o de afectación de la médula”

Realidad: Si bien toda cirugía tiene riesgos, la probabilidad de parálisis en una operación de columna es extremadamente baja. De hecho, en cirugía de la columna lumbar no puede ocurrir una lesión medular, ya que el cordón medular no llega hasta la zona lumbar (finaliza a nivel de la última vértebra dorsal); por tanto, la famosa frase de: “¿me quedaré en una silla de ruedas?” no procede, cuando hablamos de cirugía de columna lumbar.

Hoy en día, el uso de técnicas de navegación y microcirugía permite al neurocirujano operar con mayor precisión, evitando las áreas críticas del canal espinal. Además, cada cirugía se planea meticulosamente a través de imágenes de resonancia magnética, lo que permite identificar claramente las estructuras antes de operar.

 

Mito 3: “¿Necesitaré placas y tornillos si me opero de la columna?”

Realidad: Los neurocirujanos generalmente somos más microquirúrgicos y ofrecemos una descompresión de los nervios (que es, al fin y al cabo, el origen del síntoma doloroso) sin necesidad de instrumentar la columna. 

¿Cómo lo conseguimos? Pues intentando quitar la menor cantidad de hueso posible para acceder al interior del canal; una vez dentro, con técnica microquirúrgica se libera el ligamento (en caso de estenosis) o el fragmento de disco (en caso de hernia) hasta lograr una adecuada descompresión radicular. Si quitamos mucho hueso para hacer la descompresión se podría generar inestabilidad a largo plazo, es por esto que algunos especialistas deciden instrumentar la columna durante la intervención, pero ese no es nuestro caso.

 

Mito 4: “Los resultados de la cirugía de columna no son duraderos”

Realidad: Los avances en las técnicas quirúrgicas han permitido obtener resultados duraderos en la cirugía de columna. La mayoría de los pacientes experimentan un alivio significativo después de la intervención. Sin embargo, es importante entender que, como en cualquier tratamiento, el éxito de la cirugía también depende del seguimiento postoperatorio y de los hábitos de vida del paciente.

Es fundamental que, tras la cirugía, los pacientes sigan las recomendaciones médicas, realicen los ejercicios de fisioterapia y mantengan una vida activa y saludable para mantener los resultados. La cirugía es solo una parte del proceso; el cuidado personal es la clave para disfrutar de una mejor calidad de vida a largo plazo.

 

 

¿Qué debo saber antes y después de una cirugía de columna?

La cirugía de columna requiere un enfoque cuidadoso y detallado, tanto antes como después del procedimiento. A continuación, te explico los aspectos más importantes a tener en cuenta para prepararse y recuperarse adecuadamente.

 

Antes de la cirugía

  • Consulta con un neurocirujano especializado: es fundamental que acudas a un neurocirujano con experiencia en cirugía de columna, ya que este especialista te guiará en cada paso del proceso y resolverá todas tus dudas.

 

  • Pruebas preoperatorias: el neurocirujano podría llegar a solicitarte pruebas de imagen como resonancias magnéticas, scanner o estudios funcionales, como la electromiografía para conocer el estado exacto de tu columna y planificar la cirugía de forma precisa.

 

  • Preparación emocional y mental: sentir nervios es normal. Conversar abiertamente con tu neurocirujano y aclarar todas tus dudas ayudará a reducir la ansiedad y te dará una mejor perspectiva del proceso.

 

Después de la cirugía

El éxito de la cirugía también depende de un buen postoperatorio. Algunos aspectos clave de la recuperación incluyen:

  • Reposo controlado: durante los primeros días, es recomendable hacer un reposo relativo. Se recomienda dar paseos, aumentando la frecuencia y duración de éstos con el paso de los días.

 

  • Fisioterapia: el tratamiento rehabilitador es importante para recuperar la movilidad y fortalecer la musculatura paravertebral. Siguiendo las indicaciones del neurocirujano, generalmente puede ser útil a partir de la tercera semana de la intervención.

 

  • Evitar esfuerzos: durante las primeras semanas, evita levantar objetos pesados o realizar actividades que requieran esfuerzo físico intenso.

 

  • Seguimiento médico: las revisiones periódicas con tu neurocirujano son clave para evaluar la recuperación y prevenir posibles complicaciones. Solemos revisar al paciente en consulta a la tercera semana tras la intervención, una vez retirados los puntos y antes de comenzar con el tratamiento fisioterápico.
 

 

Cirugía de columna: un paso hacia una mejor calidad de vida

El miedo a la cirugía de columna es comprensible, pero también es importante recordar que, en muchos casos, el riesgo de no operarse puede ser mayor que el de la cirugía en sí misma. Una intervención bien planificada y realizada por un neurocirujano especializado no solo puede aliviar el dolor, sino también mejorar considerablemente tu calidad de vida.

Uno de los avances más importantes en la neurocirugía de columna es la cirugía mínimamente invasiva, un enfoque que ha cambiado por completo la forma en que se realizan las intervenciones quirúrgicas. A diferencia de la cirugía tradicional, que requiere incisiones extensas para acceder a la columna, instrumentaciones, etc, las técnicas de cirugía mínimamente invasiva utilizan pequeñas incisiones, instrumentos especializados y tecnología avanzada para realizar la intervención con un mínimo de trauma para el paciente.

 

 

Beneficios de la cirugía mínimamente invasiva en la columna

Las técnicas mínimamente invasivas en neurocirugía han supuesto una auténtica revolución en el tratamiento de los problemas de columna. Gracias a estas innovaciones, hoy es posible realizar procedimientos de forma segura y eficiente, logrando una serie de beneficios clave:

  • Menor trauma para el cuerpo: al evitar incisiones amplias y trabajar con precisión, el trauma en los tejidos es considerablemente menor en comparación con la cirugía abierta. Esto significa menos dolor postoperatorio y una recuperación más cómoda para el paciente.

 

  • Recuperación más rápida: debido al menor daño en músculos y tejidos, el tiempo de recuperación es significativamente más corto. En muchos casos, los pacientes pueden retomar sus actividades cotidianas en semanas, en lugar de los meses que tradicionalmente se necesitaban para recuperarse de una cirugía de columna abierta.

 

  • Reducción de riesgos: las incisiones pequeñas y la precisión de los instrumentos minimizan el riesgo de infecciones y complicaciones postoperatorias. Además, las técnicas de visualización permiten al cirujano evitar zonas delicadas de la médula y los nervios, lo que hace que el procedimiento sea más seguro.

 

  • Cicatrices pequeñas: las incisiones pequeñas resultan en cicatrices mucho menos visibles, lo que también contribuye a mejorar la experiencia del paciente.

 

Si te han dado un diagnóstico relacionado con un problema de columna, estás considerando esta intervención o tienes alguna duda sobre el proceso, estaré encantado de resolver todas tus inquietudes en mi consulta o bien contactando a través del teléfono, redes sociales o nuestra página web.



Dr. Andrés Muñoz Núñez

Neurocirujano

Málaga, Cádiz, Sevilla, Huelva

Tfnos: 951 749 631 / 609 688 469

Mail: neurocirugia@andresmunoz.es

www.drandresmunoz.com



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Neurocirujano Málaga

Dr Andrés Muñoz

Neurocirujano y cirujano de columna

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